domingo, 4 de octubre de 2009

UNA NOCHE DE RECUERDOS

ILO-PERÚ
VIGO-ESPAÑA
Hoy en día vivo en Vigo, España, una ciudad en donde la desconfianza es lo que mayormente reluce en sus habitantes. El tiempo ayuda mucho y hoy en día yo Sheyla Cambar de nacionalidad peruana y residente en esta ciudad hace seis años eh aprendido a convivir en esta sociedad y de aceptarla de alguna manera como es.

La estancia en esta ciudad ha significado en mi vida un giro de 360º porque ha cambiado rotundamente, nadie dice que todo es fácil, aunque yo pense que eso solo era una frase hecha.En un principio dude de mi capacidad de convivencia en esta ciudad,fue la prueba más dura que en mis veinte años eh tenido que afrontar. En el transcurso de estos seis años puedo decir que esta prueba esta más que superada.Vigo se ha hecho parte de mí.
Esto se debe a que caminando por esta ciudad me detuve a observar con detenimiento muchos de los lugares que rodean Vigo y fue en ese momento que me di cuenta que no estaba tan lejos de mi tierra.Vi reflejada mi ciudad en muchas partes de Vigo,pero hubo algo que llamo mi atención del todo.
Era una madrugada de Junio,verano, donde corría un aire cálido, suave, apropiado para esta madrugada que para mí fue inolvidable. Tres o cuatro de la madrugada si mal no recuerdo,oí la voz de mi madre que gritaba mi nombre y en su voz se notaba un gran entuasiasmo. Me acerqué a ella, preguntalndole ¿Qué pasa mamá? y ella me respondió: solo acercate,cierra los ojos y dime a que te recuerda este olor. Solo bastó unos segundos para transportarme al lugar que tanto añora mi corazón, volver a sentir la frescura de esa brisa marina rozando mi rostro y con ello recordandome esas vivencias de antaño. Esta no era una brisa cualquiera, sabía a la combinación de aire fresco, algas marinas y diferentes especies que habitan en el mar. Ése olor del cual yo me enamoré desde que tengo uso de razón y el que olía cada mañana y cada noche.Cuando ese olor volvió a mí recorde mi playa preferida, mi casa y aquellos momentos en los que mi familia y yo nos tumbabamos en la terraza tan solo para saborear ese olor que personalmente en mí produce una paz y tranquilidad que me hace sentir bien y valorar lo bella que es esta creación de Dios que nos ha regalado. Por unos momentos fui feliz del todo porque me sentía en casa con los míos y sobre todo viendo el lugar que me vió nacer. Dicen que todo lo bueno nunca dura, mi pequeño viaje se acabó. Bastó un grito de mi hermana pequeña que como siempre es tan inoportuna.


Este momento me hizo comprender que siempre que quiera puedo tener mi hogar más cerca de lo que yo creo, puedo transportarme cuantas veces quiera a esa tierra que siempre la voy a considerar como maravillosa. No solo necesito sentir una brisa marina para llegar hasta ella, Vigo tiene mucho de Ilo y España mucho de Perú, dos países y ciudades que han sufrido mucho, quizás uno más que el otro. A pesar de todo esto ninguno a perdido esa magia que los envuelve.
Hoy puedo decir que esta es mi segunda tierra y marcharme de aquí me recordaría el mismo dolor que sentí cuando me marché de Perú.

Dicen que se aprecia de verdad algo cuando no lo tienes, pues yo doy fé de eso ." Valoremos lo poco que tenemos,pero sobre todo sintámonos orgullosos de donde provenimos"







viernes, 2 de octubre de 2009

LA ODISEA


La historia de Ulises nos cuenta las grandes aventuras y desventuras por las que atrevesó en su regreso hacia Ítaca, su tierra querida.
Lo que más puedo destacar de esta historia es la esperanza que este hombre tenía de regresar a su tierra. El amor por su pueblo y su familia lo hizo persistir en la idea de encontrar el camino de regreso a casa, a pesar de que en su viaje se le cruzaran un sin fin de tentanciones, dentro de las cuales estaban las mujeres que poseían bellezas envidiables y grandes riquezas. En el corazon de Ulises solo estaba el amor que sentia por su mujer Penélope.
Por otro lado, la añoranza de su pueblo lo hizo más fuerte y persistente. A pesar de todos los obstáculos que el dios Neptuno le ponía, él seguía luchando. Esta travesía era una lucha constante entre ellos. Ulises luchando por sobrevivir y llegar a su tierra, y Neptuno luchando para que él se arrepintiera y pidiera perdón por desafiar a los dioses. A estos se les debía respetar por encima de todo y rendirles homenaje por ser seres superiores, pero sobre todo por el miedo a su ira si se hacía lo contrario.
Ulises hizo algo diferente. Por mucho poder que tuviera un dios, pudo más el amor que todos los obstáculos que este le puso para impedir que llegara a su tierra.